Cuántos jóvenes alrededor tuyo,
cuántos corazones que empiezan a endurecer;
suavízalos con tu amor de madre,
siémbrales la esperanza.
Cuando nuestra vida pida a gritos consuelo,
cuando la soledad nons venza
y clamemos compañía,
acude Tú con tu auxilio, madre mía,
madre de los jóvenes, madre universal.
Cuando nos sintamos sin ánimo,
cuando dudemos de todo,
cuando todo nos aburra,
cuando no tengamos amor;
recuérdanos, madre, y
danos la fuente inagotable
de tu amor.
Alumnos y profesores del colegio San Ignacio de Loyola de Piura, Perú, prepararon, sin descuidar detalle alguno, el homenaje que todos años ofrecemos a la Virgen Inmaculada como señal de amor y gratitud.
Los alumnos del Quinto Año, acompañados de sus madres y escoltados por cuatro alumnos del Cuarto Año, llevan en procesión a la efigie de la Virgen María Inmaculada y se dirigen al altar erigido para rendirle homenaje.